En agosto de 1939, mientras Europa se deslizaba hacia otra guerra mundial , Alemania y la Unión Soviética firmaron un tratado de no agresión. El pacto germano-soviético fue una completa sorpresa para otros países, dadas las diferencias ideológicas entre ambos. Marcó el comienzo de un período de cooperación militar que permitió a Hitler ignorar los movimientos diplomáticos occidentales e invadir Polonia. Las fuerzas de Stalin, atacarían desde el oeste y completaron la subyugación y partición del estado polaco. Durante el año y medio siguiente, Alemania también se benefició económicamente del acuerdo con Rusia, exportando cereales y aceite a cambio de productos manufacturados. La cooperación soviética permitió a Hitler ampliar sus planes de dominación europea, y en mayo de 1940 avanzaba hacia el oeste conquistando Francia en seis semanas. Pero la paz con Rusia no duraría. Hitler siempre había querido ver a Alemania expandirse hacia el este para ganar Lebensraum o "espacio vital" para Alemania.