La Home Guard

19 de octubre de 1940, zona industrial de los canales de Edimburgo. Dos miembros de la Home Guard, patrullan en una lancha motora armados con una ametralladora Lewis y un fusil Pattern 1914

Si bien en 1939 los soldados británicos cantaban alegramente “We'll hang the laundry on the Siegfried line” la realidad de la guerra demostró que bastaron semanas de combate en Flandes para que la BEF (British Expeditionary Force) se retirara a los barcos totalmente derrotada en Dunkerque abandonado en el campo de batalla su vergüenza junto a todo su material y a su aliado francés para que se enfrentara en solitario a los alemanes, cosa que tampoco pudo hacer durante mucho tiempo ya que capitulo el 25 de junio de 1940 dejando abierta la posibilidad hipotética (hipotética porque  Alemania no tenía flota digna de nombre para encarar a la Royal Navy por el dominio del Canal de la Mancha) de una invasión alemana de las Islas Británicas, por lo que el Ministro de Guerra Anthony Eden el 14 de mayo hizo un llamado radial a  formar la milicia voluntaria LDV o “Local Defense Volunters” llamado que fue secundado por cientos de miles de heroicos británicos.

La adopción en agosto  de 1940 del nombre Home Guard se debió a que además de “Dad's Army” la picardía popular renombro rápidamente la LDV como “Look Duck and Vanish”, o sea “Mira Zambúllete y Desaparece” en español, dados los penosos medios con que contaba esta fuerza en origen.   Porque lo cierto es que a pesar de ser una fuerza numerosa y patrióticamente motivada (que contaba con 750.000 patrióticos miembros ese mismo mayo) estaba  armada en origen con lo que consiguieron sus miembros y eso eran lanzas, mosquetes, escopetas de caza, garrotes, puños de hierro, espadas y hasta bayonetas en la punta de un palo si bien a finales de junio la fuerza recibió  600.000 fusiles, comprados en EE.UU., con lo que la fuerza equipo a gran parte de sus efectivos recibiendo además una verdaderamente variopinta panoplia de armas improvisadas: desde algunas tan peligrosas (para quien las transportaba como para su objetivo) como  las botellas de refresco llenas de fosforo y benceno (granada Nro. 76), cócteles Molotov,  granadas construidas con bombillos eléctricos rellenos de cloropicrina o polvo pica pica (Nro. 67),  la granada adhesiva (Nro. 74), multitud de  morteros de espiga, el ubicuo subfusil Sten y muchas armas improvisadas o que el ejército regular no usaba por venir en cantidades pequeñas y calibres distintos a los de ordenanza, lo que en caso de guerra habría causado multitud de problemas logísticos, mientras su uniformización fue evolucionando desde ser un brazalete puesto sobre las ropas civiles a ser un verdadero uniforme similar al del ejército.

Esta fuerza auxiliar básicamente territorial y  estática estaba compuesta por hombres demasiado mayores o demasiado jóvenes para entrar en el ejército regular (entre 17 y 65 años)  y tenía entre sus misiones realizar la vigilancia de las costas y los campos de  eventuales desembarcos navales o saltos de paracaidistas, útil ya que permitía mantener concentrados a los regulares, y en último caso de retrasar a los alemanes tanto como pudieran incluso mediante el expediente de bloquear los caminos con barricadas o poner señales falsas para confundir a los alemanes. Dada que  la falta de instrucción militar moderna de sus  milicianos de medio tiempo, a pesar de tener entre sus elementos cientos de miles de veteranos, fue crónica  se escribieron docenas y docenas de  manuales cada año para instruirlos. A medida que la fortuna de la guerra cambiaba para Gran Bretaña la Home Guard  fue volviéndose cada vez menos imperiosa hasta que en diciembre de 1944 sus unidades se retiraron del servicio no disolviéndose oficialmente hasta diciembre de 1945.

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El Lanzador de 2,5 pulgadas, más conocido como Lanzador Northover, fue un arma antitanque usada por el Ejército Británico y la Home Guard.
El arma tenía varios defectos. Era difícil de mover, el trípode tenía tendencia a dañarse si se dejaba caer, y su presión de descarga se ha descrito como "débil". Las granadas de fósforo exhibían una serie de fallos cuando se usaban; a menudo podrían explotar dentro del arma si se agregaba demasiada pólvora negra, o quedarse cortos si se usaba muy poca, o incluso no explotar. También podían romperse dentro del cañón cuando se disparaban, lo que a menudo provocaba daños en el arma y heridas a su tripulación. Incluso cuando se disparaba correctamente, el lanzador producía una gran nube de humo que podía tardar hasta un minuto en despejarse y revelaba la posición del arma.
Kent, Inglaterra, 1941.





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