El mariscal barro en 1941

Dice un viejo dicho de los campesinos ucranianos que “en verano un cubo de agua produce una cucharada de barro, pero en otoño una cucharada de agua produce un balde de barro” y eso bien lo vivieron los alemanes y sus aliados en la URSS especialmente las unidades del Grupo de Ejércitos Sur en su avance por la Ucrania 1941 cuando a partir de octubre las lluvias otoñales convirtieron los pocos caminos de tierra en lodazales, aunque también afecto el avance de los otros Grupos de Ejércitos.

Si bien las complicaciones provocadas por las lluvias otoñales que crean el fenómeno conocido localmente como la Rasputitsa o “estación del lodo” para las operaciones militares fueron altísimas deteniendo casi el avance de las unidades de infantería y reduciendo el avance a unos pocos kilómetros diarios para las unidades blindadas y mecanizadas, pero a cambio de un alto consumo de combustible y un gran desgaste mecánico, por lo que no pudieron volver a retomar su ritmo de avance verdaderamente hasta que las primeras heladas de noviembre hicieron firme de vuelta el terreno, proporcionando a los soviéticos un respiro vital.

Pero para la logística fue algo mortal ya que en la URSS en 1941 había en ocasiones un solo camino de tierra en 50 o hasta 100 kilómetros (en la URSS los principales medios de transporte eran el ferrocarril y el fluvial y no existían sistemas de caminos pavimentados) que eran continuamente batidos por las columnas alemanas de carros tirados por agotados caballos y camiones requisados apresuradamente por toda Europa, en una variedad de hasta 100 marcas y modelos distintos, vehículos construidos para llevar cargas por ciudades y caminos adoquinados o asfaltados en su mayoría por lo que a los meses de iniciada la campaña muchos se caían literalmente a pedazos en sus viajes transportando munición y suministros básicos ya que por fortuna para los alemanes la operación Barbaroja se diseñó desde un comienzo para que sus unidades vivieran sobre el terreno.

Rasputitsa fenómeno que se da en otoño y primavera por la saturación de agua del suelo en el terreno particularmente llano de las estepas ucranianas que impide se drenen las lluvias y convierten el suelo en lodo.

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