Goumiers marroquíes pertenecientes al 4.° Tabor (Batallón) en Sicilia, Italia, donde desembarcaron en el puerto de Licata el 14 de julio de 1943. En Sicilia, integrados en el 26.° Regimiento de Infantería estadounidense, realizaron las complicadas labores de reconocimiento para la 1.ª División de Infantería (7.° Ejército).
Visten la característica chilaba a rayas verticales, cuyo diseño inicial era propio de cada agrupación de tabores, aunque acabó estandarizandose en uno de tonos grises para todos los combatientes. Se cubren la cabeza con el turbante denominado rezza. Bajo la chilaba, y a pesar de los pañuelos de cuello también puede distinguirse la guerrera para suboficial de las tropas coloniales francesas modelle 1935. Los pantalones son los bombachos llamados serual, que se cierran por debajo de la rodillas sobre unas medias de lana sin pies llamadas tariquines. Todos llevan sandalias.
Respecto al equipo, portan correajes y cartucheras de tela estadounidenses iban armados con el anticuado fusil Berthier M1907/15. El soldado de la derecha, parece sujetar entre sus dientes un cuchillo de combate estadounidense M3.
Estos guerreros musulmanes de las montañas tuvieron participación activa en el resultado de muchas batallas durante la guerra; la Campaña de Sicilia, la Batalla de Córcega, la Operación Brassard en Elba, la Batalla de los Vosgos y muchas más. Los Goumiers fueron implacables y lucharon con denuedo en una guerra que les fue impuesta
General Alphonse Juin
Uno de los crímenes más vergonzosos y aberrantes de la historia de las guerras modernas, y paradójicamente de los menos conocidos, ocurrieron durante la campaña de Italia a partir de mayo de 1944 a cargo de las tropas Goumiers del Cuerpo Expedicionario Francés del general Alphonse Juin y consistió en un una serie de actos de tortura, asesinatos, saqueos y violaciones cometidos sobre la indefensa población civil italiana que la historia del país conoce simplemente como Marocchinate.
Estos duros y feroces guerreros tribales de origen bereber que vestían la chilaba tradicional, turbante y estaban mal equipados en general eran utilizados en Marruecos por los franceses como regulares bajo mando de oficiales franceses, provenientes de la zona de las montañas del Atlas y avanzando en Italia con asnos y cabras demostraron su habilidad en combate nocturno y muy en especial en terreno escabroso atravesando las líneas alemanas en las alturas del Monte Aurinci (considerado un lugar imposible de cruzar) y rompieron las defensas de la Línea Gustav permitiendo el avance final que ganó la batalla.
1944, Italia, Monte Cassino, un tirador francés (infantería) de las tropas coloniales (goumiers) afila su bayoneta. Los Goumiers marroquíes (en francés: Les Goumiers Marocains) fueron soldados indígenas marroquíes que sirvieron en unidades auxiliares adscritas al Ejército francés de África, entre 1908 y 1956
Como mérito a sus esfuerzos el general Juin le dió a estos guerreros tribales una recompensa que parece salida de una historia de la Edad Media: 52 horas para hacer lo que quisieran en los terrenos enemigos por los que avanzaran, es así que más de 800 hombres fueron asesinados y alrededor de 7.000 mil civiles comprendiendo hombres, mujeres, niños y ancianos fueron violados y castrados en los pueblos y aldeas de la región de Frosinone, comportamiento bárbaro que más adelante se repitió en la región del Lacio estimándose entre 20.000 y 60.000 hombres y mujeres violados en total pero la mayoría no denunciaron el caso a menos de pescar enfermedades venéreas o haber testigos para no sufrir el estatus legal de mujeres deshonradas, de los hombres es comprensible que prefirieran callar.
En 1957 Alberto Moravia publicó La ciociara, la historia de dos mujeres, Cesira y su hija Rosetta, que luchan por sobrevivir en la Italia ocupada y, tras la liberación de la Ciociaria, donde se habían refugiado, su hija es brutalmente violada por los goumiers. En 1960 Vittorio De Sica llevó la novela a la gran pantalla con La ciociara («Dos mujeres» en España) y Sophia Loren recibió el Óscar a la mejor actriz, la primera vez que se entregó ese premio a alguien que hubiese actuado en una película en lengua no inglesa
Finalmente estos crímenes de guerra jamás fueron investigados ni castigados adecuadamente porque como dijo otro bárbaro “Vae Victis”, al final ante la presión internacional que incluía a la Santa Sede que envió cartas al General De Gaulle se juzgaron a unos 350 Goumiers por estos actos pero su líder el general Alphonse Juin jamás pagó por sus órdenes siendo hoy honrado en Francia y considerado el mejor comandante de campo francés del conflicto, ascendido a Mariscal en 1952 fue Comandante en Jefe de las Fuerzas Terrestres de la OTAN hasta 1956.
FUENTES:
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Vientos de Guerra: Segunda Guerra Mundial™
Marcelo Ramon García Albornoz
https://historiasdelahistoria.com/2015/09/24/marocchinate-asesinatos-y-violaciones-de-italianas-en-la-ii-guerra-mundial?fbclid=IwAR3r1WPmLywRlBTTCocrHC0_fzy3VhQg59l3AI2PyG5Yg0_IC6T5pohXj6o
Pedro Pablo Romero Soriano PS