La hora de los niños. Lauban, Silesia. Marzo de 1945

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En la imagen; Jóvenes soldados alemanes armados con Panzerfaust (armas antitanque) y fusiles Mauser, marchan por la calle Bankowa en Lubań (Lauban), Baja Silesia. Hacia el final de la guerra, los jóvenes alemanes de catorce y quince años eran enviados a menudo a la batalla para aumentar el menguante número de hombres sanos. Marzo de 1945

La participación de la Hitlerjugend (Juventudes Hitlerianas) en la batalla de Lauban, que tuvo lugar en Baja Silesia en marzo de 1945, es un ejemplo brutal del uso de niños y adolescentes en combate durante las etapas finales de la Segunda Guerra Mundial.
Hacia el final de la guerra, los alemanes presionaron a niños de hasta catorce años. Estos muchachos llevan armas antitanque Panzerfaust. Diseñados para ser baratos y fáciles de producir en masa, se produjeron más de seis millones de Panzerfaust en el espacio de tres años y, a menudo, se entregaron a niños y ancianos en caso de que cruzaran un tanque ruso. 
El efecto de un impacto penetrante en un tanque por un Panzerfaust sería una experiencia de lo más desagradable para la tripulación del tanque afectado, viendo como un niño se encaraba a ellos.


Las Juventudes Hitlerianas lograron recuperar la ciudad de Lauban, en Silesia, tras 8 días de combates feroces contra fuerzas abrumadoras, en marzo de 1945, cuando todo ya estaba perdido. Destacaron por destruir muchos tanques soviéticos. 
El valor de estos jovencitos, que habían sido criados en la Hitlerjugend (que fueron movilizados hacia el final de la guerra porque ya no quedaban mas hombres) y que combatieron fanáticamente en un escenario apocalíptico, no fue en vano, ya que cada dia que retrasaban a los soviéticos, daban tiempo  miles de  mujeres y niños escaparan hacia el oeste.
Cuando la máquina de guerra alemana empezó a quedarse corta de hombres, Arthur Axmann, el líder nacional de las Juventudes Hitlerianas reclutó a sus muchachos para la defensa de Berlín. Axmann despachó a miles de voluntariosos pero mal preparados jóvenes ninguno tenía más de 16 años y algunos apenas cumplían los 12 años para respaldar a la tambaleante Wehrmacht.
Era una tarea imposible.

 Un orgulloso Axmann informó al teniente general Helmuth Weidling, entonces al mando de un cuerpo acorazado al este de Berlín, que las Juventudes Hitlerianas iban a reforzar la retaguardia del ejército que se enfrentaba a los tanques soviéticos en Müncheberg. Pero Weidling vio el trágico desperdicio y respondió a Axmann: "No puede usted sacrificar a estos niños por una causa que ya está perdida". Axmann aceptó revocar la orden.



En otros lugares, los jóvenes alemanes se enfrentaron a los blindados rusos. Cerca del Tiergarten, las columnas de tanques soviéticas avanzaron contra 400 jóvenes armados con Panzerfäuste, armas antitanques de un solo disparo. 
El general Vasili I. Chuikov, el comandante ruso, dirigió a sus hombres en busca de alguna forma de desarmar a los muchachos, pero sus intentos fueron vanos; los jóvenes se precipitaron  contra los tanques, los rusos abrieron fuego y cayeron abatidos. 
Más tarde, el general Chuikov se lamentó ¿Quién puede enviar a unos muchachos tan jóvenes a una muerte segura? Sólo un loco.

La batalla de Lauban es uno de los muchos ejemplos donde el régimen mostró su desprecio por la vida de sus propios jóvenes. Al enviar adolescentes sin experiencia a luchar contra un ejército tan veterano y brutal como el soviético, se consumó una tragedia anunciada.



FUENTES:
Historia de la Segunda Guerra Mundial 
-Lauban y Striegau "Combates por la Baja Silesia, 1945" Gil Martínez, Eduardo M. 2021
https://es.topwar.ru/167995-upornoe-srazhenie-za-sileziju.html































Pedro Pablo Romero Soriano PS 

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