Vasílevski: El Estratega Silencioso

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Aleksandr Mijáilovich Vasílevski fue una de las figuras militares más importantes de la Unión Soviética durante la Segunda Guerra Mundial. Su importancia se puede entender desde varios ángulos: estratégico, organizativo y político-militar.
Cuando la Unión Soviética enfrentó el golpe devastador de la invasión alemana en junio de 1941, el Ejército Rojo estaba mal preparado y desorganizado. En ese contexto de caos, emergió una figura que, aunque alejada del fulgor de las cámaras y del culto a la personalidad, sería esencial para reconstruir el aparato militar soviético y conducirlo a la victoria: Aleksandr Mijáilovich Vasílevski.
En los meses iniciales de la guerra, Vasílevski ya ocupaba un puesto relevante en el Estado Mayor General, y en agosto de 1942 fue nombrado formalmente Jefe del Estado Mayor del Ejército Rojo. Su papel era inmenso: debía coordinar la estrategia de todo el Frente Oriental, un teatro de operaciones que abarcaba miles de kilómetros y millones de hombres.
Vasílevski poseía cualidades poco comunes en el liderazgo soviético de la época: era disciplinado, meticuloso y, sobre todo, leal sin servilismo. Estas características lo hicieron confiable ante Iosif Stalin, quien, tras la purga del alto mando en los años 30, desconfiaba profundamente de sus generales. A diferencia de otros, Vasílevski no lo desafiaba directamente, pero tampoco era un simple ejecutor. Su voz era respetada, incluso en el círculo íntimo del dictador.
Uno de los momentos más cruciales de la guerra fue la planificación de la Operación Urano, el cerco de las fuerzas alemanas en Stalingrado. Vasílevski, junto a Nikolái Vatutin y Georgui Zhúkov, fue coautor de esta operación, que culminaría en la primera gran victoria soviética sobre la Wehrmacht. La visión de Vasílevski fue esencial para coordinar los frentes del Don y del Suroeste y asegurar la pinza que atraparía al 6.º Ejército alemán.
Aunque Zhúkov se convirtió en el rostro visible de la victoria ante el público y el extranjero, Vasílevski fue quien asumió muchas veces la responsabilidad directa de ejecutar los planes estratégicos en el terreno, como lo hizo también durante la Operación Bagration en 1944, que aniquiló al Grupo de Ejércitos Centro alemán.
La relación entre Vasílevski y Zhúkov fue ambigua. Ambos fueron aliados estratégicos y compartieron operaciones decisivas, pero su estilo de liderazgo y personalidad diferían profundamente. Zhúkov era enérgico, directo, impetuoso; Vasílevski, reflexivo y diplomático. Esta diferencia de estilos generó una rivalidad tácita, aunque nunca estalló abiertamente.
Zhúkov era más carismático, con una imagen de "general del pueblo", algo que preocupaba a Stalin. Vasílevski, en cambio, mantenía un perfil más técnico y reservado, lo que lo hacía menos amenazante para el poder político. Esto explica en parte por qué, tras la guerra, Vasílevski ascendió a Ministro de Defensa, mientras que Zhúkov fue temporalmente marginado.

Vasílevski y Zhúkov se respetaban pero competían en cierta medida. Mientras Zhúkov brilló más ante el público y fue víctima de su propio prestigio, Vasílevski navegó con prudencia el complicado entorno político soviético, manteniendo su estatus sin grandes altibajos. Ambos fueron esenciales para la victoria soviética, pero tomaron caminos distintos en la posguerra.
Vasílevski logró lo que muy pocos en el estalinismo tardío: mantener la confianza de Stalin sin convertirse en su instrumento político. Stalin respetaba su juicio y le concedía autoridad operativa, enviándolo incluso como representante personal del alto mando al frente. Durante la ofensiva contra Japón en Manchuria en agosto de 1945, fue él quien dirigió la coordinación de los tres frentes soviéticos, ejecutando una operación que asombró a los estrategas occidentales por su velocidad y eficacia.
No obstante, Vasílevski jamás formó parte del círculo íntimo del dictador. Mantuvo una relación estrictamente profesional, consciente de que una cercanía excesiva con Stalin podía significar tanto poder como destrucción.
Tras la guerra, Vasílevski fue elevado al rango de Héroe de la Unión Soviética en dos ocasiones, y aunque con el tiempo fue desplazado de los cargos más altos, nunca fue humillado ni perseguido, a diferencia de muchos de sus colegas.

Falleció en 1977, con honores de Estado, y su nombre figura hoy entre los grandes comandantes de la historia militar del siglo XX. A diferencia de Zhúkov, cuyo recuerdo está marcado por la gloria pública y los altibajos políticos, Vasílevski representa la figura del estratega meticuloso, el técnico de la guerra total, cuya inteligencia y disciplina ayudaron a salvar a la Unión Soviética en su hora más oscura.

En el gran relato de la Segunda Guerra Mundial, Aleksandr Mijáilovich Vasílevski ocupa un lugar esencial, aunque a menudo en las sombras de figuras más visibles como Georgui Zhúkov. Sin buscar la gloria ni el protagonismo, Vasílevski fue el arquitecto de las victorias más decisivas del Ejército Rojo, desde el cerco de Stalingrado hasta el colapso del ejército japonés en Manchuria.
Mientras Zhúkov caminaba entre soldados y estatuas, Vasílevski trazaba los caminos hacia la victoria desde los mapas del Estado Mayor. Su prudencia política le permitió sobrevivir a las purgas y a las paranoias del poder, retirándose con dignidad y sin escándalos. En una época donde la lealtad y el silencio podían salvar más vidas que una bala, Vasílevski eligió ser el general que planificaba mientras otros hablaban.
Hoy, su legado perdura entre las líneas de los planes que cambiaron el curso de la historia. Fue, y sigue siendo, el general que venció con la mente más que con la voz



FUENTES:
Historia de la Segunda Guerra Mundial 
Fuentes;
-David Glantz – Choque de titanes: Cómo la Unión Soviética ganó la guerra contra Hitler
-Geoffrey Roberts – Stalin y la Gran Guerra Patriótica
-Evan Mawdsley – La Guerra de Stalin: Una nueva historia de la Segunda Guerra Mundial en el Este.
-Antony Beevor – Stalingrado y Berlín: La caída 1945
-La Segunda Guerra Mundial (Blog/documentación histórica)
www.lasegundaguerra.com
-Aleksandr Vasílevski – Asunto de toda mi vida (no traducido completo, pero hay fragmentos en español)  publicada en la URSS en 1973.





































Pedro Pablo Romero Soriano PS 

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