Cruz Roja Alemana (DRK)

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En la imagen; Cartel de época  “Ayuda de guerra para la Cruz Roja Alemana: ¡Listos para nuevos pacientes!” 1940-1941

La Cruz Roja Alemana (DRK) durante la Segunda Guerra Mundial: Entre la asistencia humanitaria y la colaboración con el régimen nacionalsocialista.
Durante el Tercer Reich, la Deutsches Rotes Kreuz (DRK) experimentó una profunda transformación que la alejó de sus principios fundacionales de neutralidad y humanidad. 
Aunque continuó desempeñando tareas humanitarias durante la Segunda Guerra Mundial, su integración en la estructura ideológica y administrativa del régimen nazi provocó una colaboración activa en ámbitos como la propaganda, la exclusión racial y el apoyo logístico a la Wehrmacht. 
En el post buscamos información sobre el papel dual de la DRK durante el conflicto, destacando sus contradicciones internas y su instrumentalización política.
El cartel muestra a una enfermera común y corriente recibiendo el agradecimiento de un miembro del ejército alemán. El ejército, fue a menudo glorificado en la propaganda, hasta el punto de que el principal deber de los habitantes varones del país era su servicio en tiempos de guerra.
La Cruz Roja Alemana (Deutsches Rotes Kreuz, DRK), fundada a fines del siglo XIX, formaba parte del movimiento internacional de la Cruz Roja, cuyo mandato era brindar asistencia humanitaria sin discriminación. Sin embargo, con la llegada al poder del Partido Nacionalsocialista en 1933, la DRK fue progresivamente alineada con la ideología del régimen, perdiendo su independencia y su adhesión a los principios fundamentales del movimiento. Esta transformación institucional alcanzó su punto culminante durante la Segunda Guerra Mundial, cuando la DRK desempeñó un papel ambiguo, oscilando entre la ayuda a los heridos y desplazados, y la colaboración activa con las políticas excluyentes del nacionalsocialismo.

Tras el ascenso de Hitler, la Gleichschaltung (coordinación forzada) afectó a todas las organizaciones civiles, incluida la DRK. En 1933, Ernst-Robert Grawitz, médico personal de Heinrich Himmler y alto oficial de las SS, fue designado vicepresidente y posteriormente presidente de la Cruz Roja Alemana. Bajo su liderazgo, la DRK fue reorganizada conforme a los principios raciales y autoritarios del régimen.
Se excluyó de sus filas a judíos, comunistas, socialistas y personas "no arias", lo cual contradice los principios de imparcialidad y universalidad del movimiento internacional. Además, la DRK adoptó símbolos y lenguaje propios del nacionalsocialismo, incluyendo el saludo hitleriano y la iconografía nazi en sus uniformes.
Fuente: Müller, Rolf-Dieter. El Tercer Reich y sus organizaciones. Madrid: La Esfera de los Libros, 2005.
Pese a su alineación con el régimen, la DRK continuó realizando importantes tareas humanitarias. Mantuvo hospitales de campaña, trenes sanitarios y estaciones médicas móviles que asistieron tanto a soldados como a civiles alemanes. La organización formó a decenas de miles de enfermeras, muchas de las cuales sirvieron en el Frente Oriental y en áreas ocupadas.
No obstante, su neutralidad fue cuestionada en múltiples ocasiones. En los campos de prisioneros de guerra soviéticos, por ejemplo, la DRK no denunció las condiciones inhumanas ni la altísima tasa de mortalidad, y en muchos casos cooperó con las autoridades militares en la selección y clasificación de prisioneros.
Fuente: Bajohr, Frank. “La Cruz Roja Alemana y el Frente Oriental.” Revista de Estudios sobre el Holocausto, n.º 7, 2010, pp. 113-139.
La DRK no sólo fue pasiva ante las violaciones del Derecho Internacional Humanitario, sino que también se involucró activamente en la propaganda del régimen. Participó en campañas de movilización del pueblo alemán, promoviendo ideales de sacrificio, obediencia y pureza racial. Sus publicaciones presentaban a las enfermeras como "soldados del hogar", dedicadas a proteger el cuerpo y el alma del Volk alemán.
Además, los manuales de formación distribuidos por la DRK durante la guerra incluían pasajes antisemitas y nacionalistas, en consonancia con los principios del nacionalsocialismo.
Fuente: Seidler, Franz W. La Cruz Roja bajo la esvástica. Madrid: Editorial San Martín, 2004.
Durante la guerra, la Cruz Roja Internacional (CICR) mantuvo contactos con la DRK, pero enfrentó enormes dificultades para supervisar sus actividades o imponer sus principios. El CICR no logró acceder a los campos de concentración ni obtuvo información veraz sobre los prisioneros de guerra soviéticos. La DRK, por su parte, ofreció informes falsos o distorsionados que contribuyeron al encubrimiento de crímenes.
Sin embargo, en el tratamiento de prisioneros de guerra occidentales (británicos, franceses, estadounidenses), la DRK cooperó parcialmente con el CICR y facilitó la entrega de paquetes y correspondencia, lo que muestra una doble vara aplicada por motivos ideológicos.
Fuente: Forsythe, David P. La Cruz Roja Internacional: una historia crítica. Buenos Aires: Ediciones Granica, 2002.

Al finalizar la guerra, la DRK fue disuelta por las autoridades de ocupación aliadas debido a su connivencia con el régimen nazi. Varios de sus altos dirigentes fueron arrestados, aunque pocos enfrentaron juicios formales. La organización fue reconstituida en Alemania Occidental en 1952 como una entidad independiente y neutral, y en Alemania Oriental como parte de la estructura estatal.
Desde entonces, la DRK ha reconocido parcialmente su papel durante el Tercer Reich, pero el debate historiográfico continúa. La ambivalencia entre ayuda humanitaria y colaboración con un régimen criminal plantea interrogantes éticos que siguen siendo objeto de estudio.
Fuente: Becker, Annette. “El legado problemático de la Cruz Roja Alemana.” Historia y Memoria, n.º 25, 2015, pp. 89-111.

La experiencia de la Cruz Roja Alemana durante la Segunda Guerra Mundial ilustra cómo una institución humanitaria puede ser cooptada por un régimen totalitario sin perder totalmente sus funciones originales. La DRK no fue simplemente una víctima del contexto político, sino que participó activamente en la legitimación del nacionalsocialismo, comprometiendo sus principios fundamentales.
Comprender este episodio resulta esencial para reflexionar sobre la neutralidad de las organizaciones humanitarias, sus límites éticos y la necesidad de resistir la instrumentalización política en contextos de conflicto.



FUENTES:
Historia de la Segunda Guerra Mundial 
Bibliografía consultada:
-Bajohr, Frank. “La Cruz Roja Alemana y el Frente Oriental.” Revista de Estudios sobre el Holocausto, n.º 7, 2010.
-Becker, Annette. “El legado problemático de la Cruz Roja Alemana.” Historia y Memoria, n.º 25, 2015.
-Forsythe, David P. La Cruz Roja Internacional: una historia crítica. Ediciones Granica, 2002.
-Müller, Rolf-Dieter. El Tercer Reich y sus organizaciones. La Esfera de los Libros, 2005.
-Seidler, Franz W. La Cruz Roja bajo la esvástica. Editorial San Martín, 2004.


 





















Pedro Pablo Romero Soriano PS 

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