Soldados alemanes a bordo de un Panther del III. Zug de la 4ª. Kompanie del Panzer-Regiment 31 de la 5ª. Panzer-Division esperan nuevas órdenes del comandante en el curso de los combates defensivos a través de Bielorrusia de 1944
Atascada en un estrecho espacio en el centro de Europa, rodeada de estados que la superaban ampliamente en mano de obra y recursos, no podía ganar largas e interminables guerras de desgaste.
Desde el principio, el problema militar de Prusia consistió en encontrar la manera de librar guerras cortas y punzantes que terminaran con una victoria decisiva en el campo de batalla. Sus conflictos tenían que ser "frontales", desencadenando una tormenta contra el enemigo, destruyéndolo o llevándolo a la mesa de negociaciones.
La solución a este problema estratégico fue algo que los prusianos llamaron Bewegungskrieg, la guerra del movimiento. Se trataba de una forma de guerra que hacía hincapié en la maniobra a nivel operativo, no simplemente en la maniobrabilidad táctica o en un ritmo de marcha más rápido, sino en el movimiento de grandes unidades como divisiones, cuerpos y ejércitos.
Los comandantes prusianos, y sus descendientes alemanes, trataban de maniobrar estas formaciones de tal manera que pudieran asestar a la masa del ejército enemigo un golpe contundente y aniquilador lo más rápidamente posible.
Podía tratarse de un asalto por sorpresa contra un flanco desprotegido, o de ambos. En varias ocasiones notables, incluso dio lugar a que ejércitos enteros prusianos o alemanes llegaran a la retaguardia de un ejército enemigo, el escenario soñado por cualquier general instruido en el arte.
El estado final deseado era la Kesselschlacht, literalmente, una "batalla de caldera", más específicamente una batalla de cerco, encerrando al enemigo por todos lados antes de destruirlo en una serie de "operaciones concéntricas".
Esta vibrante y agresiva postura operativa impuso ciertos requisitos a los ejércitos alemanes, incluyendo un nivel extremadamente alto de agresividad en el campo de batalla y un cuerpo de oficiales que tendía a lanzar ataques sin importar las probabilidades.
Los alemanes también descubrieron con el paso de los años que para llevar a cabo una guerra de movimientos a nivel operativo era necesario un sistema de mando flexible que dejara gran parte de la iniciativa en manos de los mandos inferiores.
Hoy en día se acostumbra a llamarlo Auftragstaktik (táctica de la misión): el comandante superior diseñaba una misión general (Auftrag) y luego dejaba los medios para lograrla al oficial sobre el terreno.
Sin embargo, es más preciso hablar, como hacían los propios alemanes, de la "Independencia del comandante inferior" (Selbständigkeit der Unterführer).
La capacidad de un comandante para evaluar una situación y actuar por sí mismo era un elemento de igualdad para un ejército numéricamente más débil, ya que le permitía aprovechar oportunidades que podría perder si tuviera que esperar a que los informes y las órdenes subieran y bajaran por la cadena de mando.
Desde el principio, el problema militar de Prusia consistió en encontrar la manera de librar guerras cortas y punzantes que terminaran con una victoria decisiva en el campo de batalla. Sus conflictos tenían que ser "frontales", desencadenando una tormenta contra el enemigo, destruyéndolo o llevándolo a la mesa de negociaciones.
La solución a este problema estratégico fue algo que los prusianos llamaron Bewegungskrieg, la guerra del movimiento. Se trataba de una forma de guerra que hacía hincapié en la maniobra a nivel operativo, no simplemente en la maniobrabilidad táctica o en un ritmo de marcha más rápido, sino en el movimiento de grandes unidades como divisiones, cuerpos y ejércitos.
Los comandantes prusianos, y sus descendientes alemanes, trataban de maniobrar estas formaciones de tal manera que pudieran asestar a la masa del ejército enemigo un golpe contundente y aniquilador lo más rápidamente posible.
Podía tratarse de un asalto por sorpresa contra un flanco desprotegido, o de ambos. En varias ocasiones notables, incluso dio lugar a que ejércitos enteros prusianos o alemanes llegaran a la retaguardia de un ejército enemigo, el escenario soñado por cualquier general instruido en el arte.
El estado final deseado era la Kesselschlacht, literalmente, una "batalla de caldera", más específicamente una batalla de cerco, encerrando al enemigo por todos lados antes de destruirlo en una serie de "operaciones concéntricas".
Esta vibrante y agresiva postura operativa impuso ciertos requisitos a los ejércitos alemanes, incluyendo un nivel extremadamente alto de agresividad en el campo de batalla y un cuerpo de oficiales que tendía a lanzar ataques sin importar las probabilidades.
Los alemanes también descubrieron con el paso de los años que para llevar a cabo una guerra de movimientos a nivel operativo era necesario un sistema de mando flexible que dejara gran parte de la iniciativa en manos de los mandos inferiores.
Hoy en día se acostumbra a llamarlo Auftragstaktik (táctica de la misión): el comandante superior diseñaba una misión general (Auftrag) y luego dejaba los medios para lograrla al oficial sobre el terreno.
Sin embargo, es más preciso hablar, como hacían los propios alemanes, de la "Independencia del comandante inferior" (Selbständigkeit der Unterführer).
La capacidad de un comandante para evaluar una situación y actuar por sí mismo era un elemento de igualdad para un ejército numéricamente más débil, ya que le permitía aprovechar oportunidades que podría perder si tuviera que esperar a que los informes y las órdenes subieran y bajaran por la cadena de mando.
La Wehrmacht móvil o no?. Los alemanes toman "prestado" vehículos en Europa...
Así como en el aire o, en el suelo los alemanes gozaban de una ventaja en lo referente a una superior experiencia operativa. De esta forma ha llegado hasta nuestros días la imagen de una fuerza militar insuperable, todopoderosa y altamente tecnificada (obviamente en el estándar de los años 30-40). Se han escrito toneladas de obras principalmente proveniente de los antiguos aliados occidentales que presentan esta imagen. El cine ha complementado esta visión convirtiendo en un auténtico mito a la Wehrmacht. Pero esta “literatura” a la que hago referencia, muestra la equivocada imagen de un Ejército alemán plenamente motorizado con numerosas divisiones acorazadas. Aún existe hoy en día una romántica aureola que envuelve al Panzer y asimismo se admira la increíble movilidad de las divisiones del Tercer Reich capaces de derrotar nación tras nación como fichas de dominó. No obstante, en el verano de 1941 la mayor parte de los soldados alemanes, los Landser, marcharon a pie contra la URSS como lo hicieron sus padres en la Gran Guerra de 1914-1918 cuando partieron para las trincheras, mientras que su equipo pesado era tirado igualmente por caballos. Divisiones Panzer había muy pocas en números relativos. Más de 600.000 animales de tiro acompañaron fielmente a sus dueños hasta el suelo de la Madre Rusia. Las pocas divisiones Panzer victoriosas de la campaña de Francia en 1940 fueron reducidas a la mitad de sus efectivos para que en las plantillas aparecieran “el doble” de divisiones acorazadas. Y aún así aún había muy pocas en números relativos. Por decirlo de alguna manera, el comienzo de las operaciones contra la URSS, en el orden de batalla se sumaba la friolera de 3 millones de combatientes (sin contar otros aliados de Alemania). Del total, el 75% de las unidades no eran ni siquiera motorizadas.
Para poner tal masa humana en condiciones de luchar y ser abastecida, el Tercer Reich literalmente “rebañó” todos los ricones de Alemania y la Europa ocupada. La Wehrmacht empleó miles de vehículos de todo tipo en Europa. Y aún así no había suficientes camiones en Alemania para motorizar esta fuerza de combate. De hecho, considerados como material estratégico, tampoco había suficientes reservas de neumáticos. Las materias primas para su fabricación debían ser "importadas"
Durante la ocupación alemana, la industria del motor francesa fabricó una imponente cantidad de modelos para el Heer: del Renault AHS unas 25.000 unidades y del AHN otras 4.000. La casa Citröen manufacturó unas 6.000 unidades del tipo 23 y cantidades del 45; Peugeot entregó unos 15.000 camiones ligeros. La mayoría de las unidades del Ford “Maultier” (semioruga) provenía de los talleres en Francia y Holanda.se requisaron todo vehículo checo que pudiera transportar tropas o suministros incluso 300 tanques (tengan en cuenta estas cifras cuando comentan que Rusia tuvo mucha ayuda de Estados Unidos, toda Europa ocupada fue rapiñada para el esfuerzo de guerra alemán y no solo en armamento, cosechas, ganado, combustible, minerales, hombres, las reservas de oro de los países ocupados). Las casas fabricantes son reacias en la actualidad por razones obvias a detallar información al respecto.
El problema logístico originado en la Wehrmacht por la utilización de material extranjero tan diverso es evidente, pero no era la única razón del laborioso sistema de mantenimiento de su parque móvil, pues en Alemania hasta justo después del comienzo de la Segunda Guerra Mundial existían unos 100 tipos distintos de modelos de vehículos pesados. Existió un plan denominado Schell (Oberst Adolf von Schell) para la reducción de esta variedad a sólo 14 tipos de camiones. Durante las campañas victoriosas de 1939 a 1941 el parque móvil se amplió en varios miles de unidades más, en especial en la campaña de Francia.. (material de procedencia francesa, británica y estadounidense) y la URSS (modelos GAZ y ZIS).
La División Española de Voluntarios, la famosa División Azul, tras recibir su adiestramiento en Baviera en el verano de 1941, fue transportada por ferrocarril sólo hasta Polonia, pero a partir de ahí tuvo que marchar a pie 900 kilómetros. En su momento, incluso en la prensa nacional, esto causó un profundo malestar entre la tropa y mandos divisionarios que se sintieron “dejados de lado” por las autoridades militares germanas que supuestamente les obligaron deliberadamente a marchar durante semanas a pie hasta el frente. Pero la realidad de la más victoriosa fuerza de combate hasta el momento era otra distinta. De no ser por el pillaje la "colaboración" de la industria de los países conquistados. La movilidad alemana hubiera sido más catastrófica de lo que fue.
Así como en el aire o, en el suelo los alemanes gozaban de una ventaja en lo referente a una superior experiencia operativa. De esta forma ha llegado hasta nuestros días la imagen de una fuerza militar insuperable, todopoderosa y altamente tecnificada (obviamente en el estándar de los años 30-40). Se han escrito toneladas de obras principalmente proveniente de los antiguos aliados occidentales que presentan esta imagen. El cine ha complementado esta visión convirtiendo en un auténtico mito a la Wehrmacht. Pero esta “literatura” a la que hago referencia, muestra la equivocada imagen de un Ejército alemán plenamente motorizado con numerosas divisiones acorazadas. Aún existe hoy en día una romántica aureola que envuelve al Panzer y asimismo se admira la increíble movilidad de las divisiones del Tercer Reich capaces de derrotar nación tras nación como fichas de dominó. No obstante, en el verano de 1941 la mayor parte de los soldados alemanes, los Landser, marcharon a pie contra la URSS como lo hicieron sus padres en la Gran Guerra de 1914-1918 cuando partieron para las trincheras, mientras que su equipo pesado era tirado igualmente por caballos. Divisiones Panzer había muy pocas en números relativos. Más de 600.000 animales de tiro acompañaron fielmente a sus dueños hasta el suelo de la Madre Rusia. Las pocas divisiones Panzer victoriosas de la campaña de Francia en 1940 fueron reducidas a la mitad de sus efectivos para que en las plantillas aparecieran “el doble” de divisiones acorazadas. Y aún así aún había muy pocas en números relativos. Por decirlo de alguna manera, el comienzo de las operaciones contra la URSS, en el orden de batalla se sumaba la friolera de 3 millones de combatientes (sin contar otros aliados de Alemania). Del total, el 75% de las unidades no eran ni siquiera motorizadas.
Para poner tal masa humana en condiciones de luchar y ser abastecida, el Tercer Reich literalmente “rebañó” todos los ricones de Alemania y la Europa ocupada. La Wehrmacht empleó miles de vehículos de todo tipo en Europa. Y aún así no había suficientes camiones en Alemania para motorizar esta fuerza de combate. De hecho, considerados como material estratégico, tampoco había suficientes reservas de neumáticos. Las materias primas para su fabricación debían ser "importadas"
Durante la ocupación alemana, la industria del motor francesa fabricó una imponente cantidad de modelos para el Heer: del Renault AHS unas 25.000 unidades y del AHN otras 4.000. La casa Citröen manufacturó unas 6.000 unidades del tipo 23 y cantidades del 45; Peugeot entregó unos 15.000 camiones ligeros. La mayoría de las unidades del Ford “Maultier” (semioruga) provenía de los talleres en Francia y Holanda.se requisaron todo vehículo checo que pudiera transportar tropas o suministros incluso 300 tanques (tengan en cuenta estas cifras cuando comentan que Rusia tuvo mucha ayuda de Estados Unidos, toda Europa ocupada fue rapiñada para el esfuerzo de guerra alemán y no solo en armamento, cosechas, ganado, combustible, minerales, hombres, las reservas de oro de los países ocupados). Las casas fabricantes son reacias en la actualidad por razones obvias a detallar información al respecto.
El problema logístico originado en la Wehrmacht por la utilización de material extranjero tan diverso es evidente, pero no era la única razón del laborioso sistema de mantenimiento de su parque móvil, pues en Alemania hasta justo después del comienzo de la Segunda Guerra Mundial existían unos 100 tipos distintos de modelos de vehículos pesados. Existió un plan denominado Schell (Oberst Adolf von Schell) para la reducción de esta variedad a sólo 14 tipos de camiones. Durante las campañas victoriosas de 1939 a 1941 el parque móvil se amplió en varios miles de unidades más, en especial en la campaña de Francia.. (material de procedencia francesa, británica y estadounidense) y la URSS (modelos GAZ y ZIS).
La División Española de Voluntarios, la famosa División Azul, tras recibir su adiestramiento en Baviera en el verano de 1941, fue transportada por ferrocarril sólo hasta Polonia, pero a partir de ahí tuvo que marchar a pie 900 kilómetros. En su momento, incluso en la prensa nacional, esto causó un profundo malestar entre la tropa y mandos divisionarios que se sintieron “dejados de lado” por las autoridades militares germanas que supuestamente les obligaron deliberadamente a marchar durante semanas a pie hasta el frente. Pero la realidad de la más victoriosa fuerza de combate hasta el momento era otra distinta. De no ser por el pillaje la "colaboración" de la industria de los países conquistados. La movilidad alemana hubiera sido más catastrófica de lo que fue.
FUENTES:
https://www.facebook.com/106890305037109/photos/a.106912105034929/142917864767686/
Soldados de la Segunda Guerra Mundial WW2
Citino, R. (2011). The War Hitler Won: The Battle for Europe, 1939-1941.
https://www.facebook.com/photo/?fbid=2142487159243684&set=gm.4998919550154509
Estudiosos de la Segunda Guerra Mundial
Walterpingui Lopez
Pedro Pablo Romero Soriano PS
