“El 23 de agosto, nuestra misión era tomar el cuartel general de la policía en la avenida Krakowskie Przedmieście: los dos primeros disparos desde el ático del edificio no tuvieron efecto: Pero el tercero acertó de pleno. El proyectil atravesó la tronera y explotó dentro. La ametralladora alemana (más tarde vimos que era de fabricación polaca, hecho en Radom) se quedó en silencio de inmediato, los alemanes o estaban muertos o quedaron neutralizados para mantener el combate. La captura del búnker fue la señal de ataque para las unidades ubicadas a lo largo de la calle Czackiego y en las viviendas de la calle Traugutta”, nos refiere Witold Kieżun, combatiente del Armija Krajowa durante el Levantamiento de Varsovia en agosto de 1944.
La Unidad Especial bajo el mando de Witold "Wypad" Kieżun envió una tropa de asalto de cinco miembros a través de la ventana de la vivienda con el n°3 de la calle Traugutta, de la que se habían sacado sacos de arena. Como recuerda el soldado de la Unidad Especial Andrzej "Cowboy" Ligęza: "Corrimos hacia la esquina izquierda de la entrada del búnker. Cuando llegamos a la última ventana del edificio, vimos que era bastante alta. Me agaché debajo de la ventana mientras Witold Kieżun se paraba sobre mis hombros y agitaba una gorra frente a ella. Al no ver respuesta, rompió el cristal, abrió la ventana y entró a gatas. Estiró su mano para ayudarme a subir, luego empujamos a Cichy y los demás adentro. Estábamos en habitaciones que estaban separadas del resto por una puerta cerrada. "Debicz" (Zbigniew Czajkowski) tenía un rifle y golpeó la cerradura un par de veces con la culata. La cerradura cedió y estábamos en un corredor que corría a lo largo del edificio. Después de llegar a un punto con una escalera a la izquierda y la entrada del búnker a la derecha. Allí estaba una ametralladora Maxim 08 con un agujero de bala a través de su radiador
Insurgentes polacos de Varsovia (Ejército Nacional) en la barricada de la calle Zgoda, durante un momento de descanso
Los alemanes huyeron en pánico, abandonando el arma, las municiones, incluso sus abrigos. Podíamos escuchar el fuego constante lanzado en el presbiterio desde la dirección de la calle Czackiego. Los alemanes todavía estaban allí arriba. "En un momento, un gran grupo de nuestra gente lo asaltó desde Czackiego, arrojando granadas a la escalera. Rápidamente llevé la ametralladora a nuestras habitaciones de la 17 de Świętokrzyska, arreglamos el agujero en el radiador y luego pudimos usarla nuevamente", recuerda Witold Kieżun.
FUENTE:
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Vientos de Guerra: Segunda Guerra Mundial
Pedro Pablo Romero Soriano PS
