Lucha en el desierto africano

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Libia 1941: Puestos de seguridad del Cuerpo Africano en la costa libia

Ametralladora alemana MG-34 del "Afrika Korps"

"La noche, el frío y el viento del desierto libio habían puesto a prueba la resistencia nerviosa de los hombres. Llevaban más de diez horas al acecho del convoy inglés, que se encontraba acampado a una distancia de trescientos metros. Ahora, bajo las primeras luces del alba, la tensión de la espera pesaba hasta lo insoportable. El teniente Hardenburg había impartido unas pocas instrucciones y todos aguardaban ansiosos la orden de abrir fuego (...) En el convoy comenzaba a notarse la actividad. A tantas millas detrás de sus propias líneas, los británicos no presentían el peligro. Se movían en torno a los diez camiones con aire calmoso, charlatanes, mientras las ráfagas de viento acercaban sus risas y sus voces a la patrulla alemana emboscada. Ochenta hombres a punto de morir, desconociendo que las rutinarias labores de aquella mañana iban a ser las últimas (...) Grupos de soldados se concentraban en torno a las pequeñas hogueras donde se calentaba el té del desayuno. Otros se afeitaban tranquilamente o enrollaban sus mantas. Sólo en las torretas armadas de los camiones había ametralladores vigilantes. Pero el Sol naciente frente a ellos les impedía ver al enemigo, agazapado sobre un saliente rocoso (...) Los hombres de Hardenburg no comprendían a qué esperaba el teniente. Resultaba exasperante observar cómo los ingleses llenaban sus pipas o encendían cigarrillos, cómo recogían los enseres y los cargaban en los vehículos, cómo, incluso, una veintena de ellos se agachaban en las improvisadas letrinas... ¡Aquello era demasiado! (...) De repente, el teniente dio la orden y el mortero disparó. El primer impacto lo recibió un joven ametrallador rubio en uno de los camiones, que hizo explosión violentamente. En rápida sucesión, varios proyectiles más cayeron sobre el campamento. Los ingleses se dispersaron y corrieron en todas direcciones. Las dos ametralladoras alemanas abrieron fuego entonces, acribillando sin misericordia a los que buscaban refugio o intentaban emplear las armas. Los oficiales, sorprendidos en las letrinas, fueron abatidos con las nalgas al aire. El vehículo de las municiones estalló en un tremendo trueno al ser alcanzado (...) Al cabo de cinco minutos, la muerte y las llamas se habían adueñado del convoy británico. Algunos heridos se movían por la arena como insectos aplastados. A pesar de ello, el teniente Hardenburg ordenó que las ametralladoras siguieran barriendo meticulosamente el campamento destruido, "para que nadie quedara vivo". Después, al recordar la forma en que los oficiales enemigos habían muerto, se desternilló de las carcajadas".

Las tropas australianas inspeccionan un tanque alemán PzKpfw III noqueado cerca de Tel-el-Eissa, el 23 de julio de 1942.
Color por RJM


FUENTE: https://www.facebook.com/photo?fbid=3110947459116841&set=a.1419438451601092
Crónica militar y política de la Segunda Guerra Mundial™

Rafael Simarro Sánchez 

Irwin Shaw: "El baile de los malditos", extracto del capítulo X.


























 




Pedro Pablo Romero Soriano PS

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