Soldados alemanes y estadounidenses confraternizan en animada charla fumando un cigarrillo
El mayor Gangl, el defensor del castillo de Itter
El 5 de mayo de 1945, el mayor Gangl, 10 de sus hombres y el SS-Hauptsturmführer Kurt-Siegfried Schrader defendieron el castillo de Itter. Junto a ellos estaban 16 soldados estadounidenses con un tanque Sherman liderados por John C. "Jack" Lee y los ex prisioneros del castillo Itter. Sus atacantes fueron la 17.ª División de Granaderos Panzer Waffen-SS dirigida por el Oberführer Georg Bochmann. Quien tenía la orden de ejecutar a los prisioneros del castillo de Itter, que en su mayoría eran ex funcionarios del gobierno francés. La defensa del castillo de Itter fue exitosa y los atacantes fueron repelidos. Entre los defensores sólo hubo una víctima mortal: el mayor Josef Gangl, que recibió un disparo mientras intentaba sacar del peligro al ex primer ministro francés Paul Reynaud. Por su defensa del castillo Itter, el comandante Gangl recibió la Cruz estadounidense por Servicios Distinguidos. La batalla por el castillo de Itter fue la única vez durante la Segunda Guerra Mundial en la que alemanes y estadounidenses lucharon lado a lado
El 5 de mayo de 1945, el mayor Gangl, 10 de sus hombres y el SS-Hauptsturmführer Kurt-Siegfried Schrader defendieron el castillo de Itter. Junto a ellos estaban 16 soldados estadounidenses con un tanque Sherman liderados por John C. "Jack" Lee y los ex prisioneros del castillo Itter. Sus atacantes fueron la 17.ª División de Granaderos Panzer Waffen-SS dirigida por el Oberführer Georg Bochmann. Quien tenía la orden de ejecutar a los prisioneros del castillo de Itter, que en su mayoría eran ex funcionarios del gobierno francés. La defensa del castillo de Itter fue exitosa y los atacantes fueron repelidos. Entre los defensores sólo hubo una víctima mortal: el mayor Josef Gangl, que recibió un disparo mientras intentaba sacar del peligro al ex primer ministro francés Paul Reynaud. Por su defensa del castillo Itter, el comandante Gangl recibió la Cruz estadounidense por Servicios Distinguidos. La batalla por el castillo de Itter fue la única vez durante la Segunda Guerra Mundial en la que alemanes y estadounidenses lucharon lado a lado
El 5 de mayo de 1945 soldados estadounidenses y soldados alemanes de la Wehrmacht lucharon juntos contra miembros de las Waffen SS para liberar a destacados prisioneros de guerra franceses. Se cree que fue la única batalla de la Segunda Guerra Mundial en la que los estadounidenses y los alemanes lucharon como aliados.
Pocos meses después de la anexión de Austria por Alemania, el gobierno alemán requisó el castillo medieval de Itter (Tirol, Austria) para destinarlo al confinamiento de presos «VIP», es decir, aquellos a quienes los alemanes consideraban suficientemente valiosos como para mantenerlos vivos y alojados en condiciones relativamente dignas. Sus gruesos muros, un foso profundo y seco, una puerta de entrada prácticamente inexpugnable y numerosas marañas de alambre de espino hacían del castillo un lugar a prueba de fugas. Contaba con una dotación de veinticinco soldados de la SS al mando del capitán Sebastian Wimmer. En aquel momento se encontraba cautivo en el castillo un amplio elenco de personajes franceses: los ex primeros ministros franceses Édourad Daladier y Paul Reynaud, los generales Maxime Weygand y Maurice Gamelin, la estrella del tenis francés Jean Borotra o la hermana mayor de Charles de Gaulle, Marie-Agnès Cailliau.
Castillo de Itter
Tras el suicidio de Hitler, y ante la derrota inminente de Alemania, el capitán Sebastian Wimmer y sus veinticinco soldados huyeron repentinamente del castillo al amanecer del 4 de mayo. A instancias de Weygand y Gamelin, los prisioneros irrumpieron en la sala de armas y se armaron con lo que por allí quedaba. A pesar de todo, la presencia de unidades de las SS en el área significaba que no podían simplemente esperar para ser liberados por los Aliados. Tenían que actuar. Decidieron que uno de ellos fuera al encuentro de las tropas aliadas y traerlas al castillo. Zoonimir Cuckovic, miembro de la resistencia comunista yugoslava, fue el encargado de la misión, y se dispuso a recorrer en bicicleta los casi diez kilómetros que les separaban de la ciudad de Wörgl. Sabían que gran parte de la ciudad y sus alrededores estaban ocupados por un regimiento de las Waffen SS pero, en su lugar, Cuckovic se topó con el oficial Josef Gangl, que comandaba un grupo de soldados de la Wehrmacht y que ya tenía en mente la rendición de su unidad ante los estadounidenses. Gangl se dio cuenta que ayudar al rescate y protección de las personalidades francesas cautivas en el castillo de Itter sería visto con buenos ojos por los estadounidenses y podría ayudar a sus hombres y a él a estas alturas de la guerra. Gangl envió a Cuckovic hacia Innsbruck, al encuentro de la 103ª División de Infantería de EE.UU, que acababa de tomar la ciudad. Por su parte, el oficial alemán y sus diez soldados partieron en dirección al castillo ondeando una bandera blanca en su camión. De camino a Itter, Gangl se tropezó con un puesto avanzado del 23 Batallón estadounidense de tanques. Contó la historia al comandante del batallón, y este le encargó al teniente Jack Lee liderar una misión para auxiliar a los cautivos franceses. Lee partió a primera hora de la tarde hacia el castillo de Itter al mando de dos tanques Sherman y catorce soldados estadounidenses, además de Gangl y sus diez soldados de la Wehrmacht.
Al verle llegar, los prisioneros franceses mostraron su agradecimiento, pero también su decepción: habían estado esperando un importante contingente de soldados fuertemente armados. La ayuda que venía no era obviamente la que esperaban, y más cuando casi la mitad eran soldados alemanes armados. El plan de Lee era simple: como no tenía suficientes vehículos para mover a sus hombres, a los franceses y a los soldados alemanes que le acompañaban, se harían fuertes en el castillo y esperaría los refuerzos de las tropas estadounidenses. La presencia de unidades de las Waffen SS en los alrededores era su preocupación inmediata, pero las gruesas paredes del castillo le permitirían resistir hasta la llegada de los refuerzos. La teoría del teniente Lee iba a ser puesta a prueba mucho antes de lo que esperaba. Justo después de las once de la noche, los miembros de las SS comenzaron a abrir fuego contra el castillo. Los tiroteos se mantuvieron hasta el amanecer, momento en el que varias rondas de proyectiles antitanque acabaron con los dos tanques Sherman que hasta entonces habían estado defendiendo la entrada del castillo. Comenzó entonces un ataque generalizado. Lee había ordenado a los prisioneros franceses que se escondieran en el interior, pero quisieron permanecer fuera y defender la posición junto al resto de sitiados. A primeras horas de la mañana, Josef Gangl fue abatido por el disparo de un francotirador mientras intentaba poner a salvo al ex primer ministro Paul Reynaud. Al mediodía, la fuerza estadounidense-alemana estaba casi sin municiones. Consciente de que se estaba quedando sin opciones, Lee aceptó el ofrecimiento de Jean Borotra de escabullirse a través de una grieta del muro, atravesar el bosque y las líneas enemigas corriendo y contactar con los refuerzos para que forzasen la
Wehrmacht.
Mientras tanto, Zoonimir Cuckovic, en su camino hacia Innsbruck, ya había logrado contactar con la 103 ª División de Infantería norteamericana, y una avanzadilla de tanques se acercaba hacia el castillo. Al mediodía, el teniente Lee ordenó que, al más puro estilo medieval, todos los defensores se retirasen a la torre del homenaje del castillo y desde allí defenderse con sus últimas municiones, con las bayonetas y —si era necesario— con los puños. Lucharían por cada pasillo, por cada escalera, por cada piso. Y así, poco antes de las tres de la tarde, Lee ordenó la retirada paulatina de los defensores hacia la torre del homenaje. En ese momento, un grupo de soldados de las Waffen SS se preparaba para disparar un cohete antitanque contra la puerta principal del castillo cuando se escuchó un grito:
Amerikanische panzer! (¡Tanques americanos!)
Los esfuerzos de Cuckovic y Borotra habían merecido la pena, los refuerzos llegaron justo a tiempo. Los soldados de la SS huyeron hacia los bosques de los alrededores. La defensa del castillo de Itter había terminado. Josef Gangl, el oficial alemán de la Wehrmacht fallecido durante el asedio, fue nombrado héroe nacional en Austria y una calle en Wörgl lleva su nombre. El teniente Jack Lee fue ascendido a capitán y recibió la Cruz al Servicio Distinguido por su heroica defensa del castillo.
Tan solo dos días después, Alemania se rindió incondicionalmente poniendo fin a la guerra en Europa, pero no antes de que los estadounidenses y los alemanes luchasen juntos en la batalla por el castillo de Itter, la batalla más extraña de toda la guerra
Édouard Daladier y Maurice Gamelin, rescatados tras la batalla
El general francés Maxime Weygand (a la derecha) y su esposa, abandonando el castillo el 5 de mayo de 1945
El equipo menos pensado alemanes y estadounidenses se dan la mano
El castillo de Itter
El Castillo de Itter (en alemán, Schloss Itter) es un pequeño castillo situado en una elevación cercana al pueblo de Itter, en el valle austriaco de Brixental. La actual edificación data de finales del siglo XIX, y se levantó sobre los restos de un castillo del siglo XVI que a su vez se construyó sobre las ruinas de otro castillo más antiguo, anterior al siglo XIII, destruido en las revueltas campesinas de 1524-25. Aunque el castillo en si no tuvo demasiada relevancia a lo largo de su historia, si fue el escenario de uno de los combates más singulares de la Segunda Guerra Mundial: la Batalla por el Castillo de Itter.
Poco después del Anschluss, el gobierno alemán alquiló el castillo a su entonces propietario, el político y escritor austriaco Franz Grüner. En 1943, ya con la guerra muy avanzada, el castillo fue expropiado por orden directa de Heinrich Himmler y reformado para convertirlo en una prisión especial, administrativamente dependiente del campo de concentración de Dachau. La nueva prisión pasó a albergar a un grupo de prisioneros selectos, la mayoría franceses, de especial interés para el Reich.
Entre ellos estaban Édouard Daladier, antiguo primer ministro francés; Marie-Agnès Cailliau, hermana mayor del general De Gaulle, y su marido el ingeniero belga Alfred Cailliau; Jean Borotra, político y antigua estrella del tenis; o el antiguo Comandante en Jefe del Ejército galo, Maxime Weygand. Además, también había un pequeño grupo de prisioneros procedentes de Dachau, en su mayor parte oriundos de Europa del Este, encargados del mantenimiento y las labores cotidianas del castillo. De la custodia del castillo y sus ocupantes se encargaba un pelotón de las SS-Totenkopfverbände (unidades especiales de las SS encargadas de la vigilancia y administración de los campos de prisioneros).
A finales de abril de 1945, ante la inminente llegada de las tropas norteamericanas, el último comandante de Dachau, Eduard Weiter, abandonó su puesto y buscó refugio en Itter, donde moriría el 2 de mayo (dependiendo de las fuentes, se suicidó o fue asesinado por un compañero de las Schutzstaffel por su cobardía). El día 4 el oficial al mando del Castillo de Itter, Sebastian Wimmer, se dio a la fuga, y poco después lo hizo el resto de los guardianes de las Schutzstaffel, permitiendo que los prisioneros se hicieran con el control de la prisión.
Dos días antes uno de los prisioneros, un partisano yugoslavo llamado Zvonimir Čučković, había logrado escapar para buscar ayuda, hasta encontrarse cerca de Innsbruck con la 103ª División de Infantería del ejército norteamericano, a los que pidió ayuda para rescatar a los prisioneros de Itter.
Rodeado por bosques el castillo sólo era accesible por una estrecha carretera que lo conectaba con el pueblo de Itter
Pero no eran los únicos que se estaban moviendo para ir en ayuda de los cautivos; un pequeño grupo de soldados del Ejército alemán, al mando del mayor austriaco Josef Gangl, había planeado tomar el control del castillo y liberar a los prisioneros allí retenidos, aunque finalmente decidieron entregarse a las tropas aliadas.
Josef Gangl era un reconocido opositor al régimen de Adolf Hitler que en su día se había opuesto rotundamente al Anschluss, y aún mantenía contacto con la resistencia austriaca. Tras saber que los norteamericanos iban a enviar un grupo de hombres a Itter, se ofreció para acompañarlos.
El grupo finalmente estaba compuesto por catorce soldados norteamericanos, diez alemanes, dos tanques Sherman, un camión y un automóvil Volkswagen Kübelwagen, aunque por el camino dejaron uno de los Sherman custodiando un puente. El oficial al mando era el teniente John C. "Jack" Lee jr. que se había ofrecido voluntario.
Pero la expedición de rescate iba a ser más complicada de lo que pensaban. A seis kilómetros del castillo se encontraron con un pequeño grupo de Schutzstaffel que intentaba poner una barricada en la carretera. Aún no lo sabían, pero un pequeño contingente alemán, perteneciente a la 17ª División de SS-Panzergrenadier "Götz von Berlichingen" se dirigía al castillo con la intención de retomar el control del lugar y ejecutar a los prisioneros. Tras poner en fuga a los teutones, el convoy llegó a la prisión, donde los prisioneros se mostraron un tanto decepcionados por el pequeño número de sus rescatadores.
Sin embargo, Lee, desconfiando de la presencia de enemigos, decidió atrincherarse en el castillo y colocar a sus hombres en posiciones defensivas, con el Sherman (apodado Besotten Jenny) cubriendo la entrada principal. Poco después, se les unía un oficial de las SS llamado Kurt-Siegfried Schrader, que se encontraba en Itter convaleciente de sus heridas recibidas en combate y que se puso a las órdenes de Lee.
Además, Gangl pudo ponerse en contacto telefónico con Alois Mayr, el líder local de la resistencia austríaca, quien le envió como refuerzos a dos soldados alemanes y un miembro de la resistencia llamado Hans Waltl.
La madrugada del día 5 comenzó el asalto por parte de los alemanes. El combate se prolongó durante más de seis horas. Pese a que Lee había ordenado a los prisioneros que se pusieran a cubierto, éstos prefirieron tomar parte en la defensa del castillo, incluso acompañados por algunas de sus esposas.
El Sherman fue destruido por el fuego de los atacantes y Gangl murió alcanzado por un francotirador. Finalmente, una columna del 142º Regimiento de Infantería acudió en ayuda de los sitiados y puso en fuga a los atacantes. Los prisioneros fueron evacuados a Innsbruck y serían trasladados de vuelta a Francia el día 9 de mayo.
La llamada Batalla por el Castillo de Itter fue el único episodio de la Segunda Guerra Mundial en el que tropas estadounidenses y alemanas lucharon juntas. El teniente Lee recibió la Cruz de Servicios Distinguidos por su brillante actuación y Gangl fue nombrado póstumamente Héroe Nacional austriaco y se puso su nombre a una calle en Wörgl, a menos de seis kilómetros de Itter. Tras la guerra, el castillo pasó a manos de una compañía hotelera suiza y funcionó durante algún tiempo como hotel. Actualmente está declarado monumento nacional y está en manos privadas.
FUENTES:
https://www.facebook.com/GeneralInviernoww2/photos/a.103202941918233/329066829331842/
Crédito del texto del post al compañero Angelo Michell Bello Bohórquez
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Así fue la Segunda Guerra Mundial™
Claudio A Aguirre
Fuentes:
Pedro Pablo Romero Soriano PS