La Danza Macabra

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En la fotografía coloreada, Saburo Sakai y Hiroyoshi Nishizawa

En la imagen, Saburo Sakai es dibujado liderando a Hiroyoshi Nishizawa y Toshio Ota mientras realizaban una arrogante exhibición aérea para el enemigo sobre Port Moresby. Después de un barrido efectuado en los aeródromos del área por Nishizawa el día anterior, estos tres amigos que conformaban el que comenzó a conocerse como "trío de limpieza", quisieron regalarle un show a los Aliados



“Estuve de nuevo en Port Moresby en pocos minutos, realizando círculos sobre el aeródromo a 3.600 metros. Los antiaéreos se mantuvieron callados, y no apareció ningún caza enemigo. Entonces llegaron dos Zeros a mi altura, y nos ordenamos en formación. Nishizawa y Ota me sonrieron, y yo agité la mano en señal de saludo. Nos reunimos en formación con unos pocos metros de distancia entre las puntas de nuestra s alas. Eché hacia atrás la cubierta de mi carlinga, describí un anillo sobre mi cabeza con un dedo, y después les mostré tres dedos. Ambos pilotos levantaron las manos para mostrar que habían entendido.
Debíamos hacer tres rulos, los tres juntos. Una última mirada en busca de caza s enemigos, y bajé de proa para ganar velocidad, con Nishizawa y Ota pegados a mi avión. Tiré de la palanca, y el Zero respondió magníficamente, en un alto ascenso arqueado, rodando sobre su lomo. Los otros dos cazas seguían conmigo, y subieron en un perfecto rizo interior. Subimos dos veces más, nos zambullimos y volvimos a hacer rulos. Ni un sólo cañón disparó desde abajo, y el aire permaneció limpio de aviones enemigos.
Cuando salí del tercer rizo, Nishizawa se aproximó a mi avión, sonriendo, feliz, y me indicó por señas que quería hacerlo de nuevo. Volví la cabeza a la izquierda; ahí estaba Ota, riendo, asintiendo. No pude resistir la tentación. Bajamos a sólo 1.800 metros sobre el aeródromo enemigo y repetimos los tres rulos, girando en perfecta formación. ¡Y todavía no nos disparaba un solo cañón! Habríamos podido estar sobre nuestro propio aeródromo, a juzgar por la excitación que parecíamos provocar. Pensé en todos los hombres que nos miraban desde abajo y reí a carcajadas.
Volvimos veinte minutos después de que aterrizaran nuestros otros cazas. No contamos a nadie lo que habíamos hecho. En cuanto pudimos reunirnos a solas, estallamos en carcajadas y alaridos. Ota aullaba de júbilo, e incluso el estoico Nishizawa nos palmeó la espalda con satisfacción. Pero nuestro secreto no nos pertenecería durante mucho tiempo. Esa noche, después de las nueve, un ordenanza nos abordó en el alojamiento y dijo que el teniente Sasai quería vernos de inmediato. Nos miramos, un tanto preocupados. Podíamos recibir un serio castigo por lo que habíamos hecho.
En cuanto entramos a la oficina de Sasai, el teniente se puso de pie y nos gritó:
- ¡Miren aquí, pedazo de canallas imbéciles -rugió- , miren esto! –Tenía la cara roja, y casi no conseguí a dominarse mientras agitaba una carta -en inglés- ante nuestros narices. - ¿Saben de dónde saqué esto? -vociferó- . ¿No? Yo se los diré, necios; ¡un incursor enemigo lo dejó caer en esta base hace unos minutos!

La carta decía: "Al comandante de Lae: Nos impresionaron mucho esos tres pilotos que nos visitaron hoy, y a todos nos gustaron los rizos que escribieron en el cielo sobre el aeródromo. Fue toda una exhibición. Le agradeceríamos que los mismos pilotos volvieran aquí, cada uno con un pañuelo verde al cuello. Lamentamos no haberles prestado más atención en su último viaje, pero nos ocuparemos de que reciban una gran bienvenida en la próxima ocasión, por nuestra parte.”

Apenas pudimos contenernos para no estallar en carcajadas. La carta la firmaba un grupo de pilotos de caza de Moresby. El teniente Sasai nos mantuvo en posición de firmes y nos sermoneó severamente por nuestra "conducta idiota". En término s específicos, se nos ordenó no volver a realizar “exhibiciones de vuelo” sobre aeródromo s enemigos. Fue un a broma, y disfrutamos hasta el último minuto de nuestra Danse Macabre sobre Moresby.”

Una linda historia que involucró a tres pilotos gigantes, pero Saburo sería el único de estos tres ases que sobrevivió a la guerra. Para el 7 de agosto de 1942, los desembarcos en Guadalcanal provocaron que se enfrentaran el Ku Tainán y los pilotos de la Armada de los EE.UU. y el USMC, quienes posteriormente mataron a Ota e hirieron gravemente a Sakai, quien perdió un ojo durante un duelo con un artillero de un Dauntless.
Posteriormente, Nishizawa, el máximo as japonés de la guerra según la fuente que se consulte, perdería la vida después de haber sido derribado por un Hellcat mientras era un simple pasajero en un bombardero sobre la isla filipina de Mindoro.


Autor: Fortis Leader para Fortis Leader - The Pacific & Asia



FUENTES:
https://www.facebook.com/fortisleaderpacific/photos/a.115526410728720/329179909363368/

Fortis Leader - The Pacific & Asia

Fuente (con notas personales) Saburo Sakai: SAMURAI

"The Tainan Air Group - Air Show in Port Moresby", por Jack Fellows.


 






























Pedro Pablo Romero Soriano PS

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