Operación Jubilee: el fallido asalto aliado en Dieppe

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Los cadáveres de varios soldados canadienses apilados en un carro, trás el intento fallido de desembarco en el puerto francés de Dieppe, ocupado por los alemanes, el 19 de agosto de 1942

Prisioneros británicos y canadienses en Dieppe, agosto de 1942

La incursión de Dieppe: ¡Los comandos regresan a Newhaven en su lancha de desembarco, 1942!
Fuente: IWM
Colorizado por: ROYSTON COLOUR 

Otros comandos son hechos prisioneros 

En los primeros días de abril de 1942, el Estado Mayor de los Estados Unidos presentó un documento a Churchill, aprobado por el presidente Roosevelt, que, bajo el título de “Operaciones en Europa Occidental”, exponía la necesidad de ese frente que, junto con la ayuda a la Unión Soviética se convertiría en el eje principal de la estrategia contra Hitler.
En ese contexto, con las presiones de distintos ámbitos para realizar una operación en Europa Occidental, en el mes de abril de 1942 la Dirección de Operaciones Combinadas comenzó a trabajar en una operación en la que el objetivo sería la toma de algún puerto en la costa francesa del Canal de la Mancha, en poder de los alemanes. La idea era dominar la zona conquistada durante un corto espacio de tiempo, poco más de unas horas. El nombre en clave que se eligió fue “Operación Rutter”. No se abriría un nuevo frente, por supuesto, pero se adquiriría experiencia y se llevaría a cabo una acción combinada cuyo principal movimiento sería el asalto anfibio a una costa enemiga bien defendida. También por primera vez, en un asalto de ese tipo a una costa, se desembarcarían tanques que se usarían como ayuda y cobertura para las tropas de infantería.
Las fuerzas de los Comandos, concretamente los hombres del Comando N° 3, tendrían que llegar a tierra antes del alba, a unos 13 kilómetros al este de Dieppe y neutralizar una batería costera que los alemanes mantenían cerca de Berneval. Otro grupo de los Comandos británicos, junto con unos cincuenta hombres de los Rangers estadounidenses, tendrían como objetivo la neutralización de otra batería costera, emplazada 10 kilómetros al oeste de Dieppe, cerca de Varengeville.
 Tanto en un caso como en otro los asaltantes estarían organizados en dos grupos y el plan preveía llevar a cabo un ataque en pinza sobre las posiciones enemigas, defendidas cada una de ellas por un centenar de alemanes.
Las fuerzas de asalto, que deberían entrar en acción antes de que se llevara a cabo el desembarco principal, se completaban con unidades de la 2ª División canadiense, que llegarían a tierra en cuatro lugares muy cerca de Dieppe, un poco al este y un poco al oeste de la localidad, y aproximadamente media hora antes de la llegada del grueso de las tropas. Las fuerzas canadienses tenían un objetivo similar al de las unidades de los Comandos y los Rangers, inutilizar las posiciones de ametralladoras de los acantilados, que podían barrer con su fuego las playas en las que desembarcarían los aliados. Las playas junto a Dieppe, si todo iba bien, verían llegar unos 6.000 hombres en las primeras horas de luz del día, junto con algunos tanques, en un desembarco en las playas justo en frente de Dieppe. A estas tropas, se sumarían como participantes en la operación otros 3.000, que servirían en los barcos, y unos 75 aviones de la RAF, entre cazas, bombarderos pesados y cazabombarderos. Si se cumplían los objetivos impuestos a los Comandos, los Rangers y los canadienses, y todo marchaba sin contratiempos, se creía que no habría demasiados problemas para que Dieppe fuera sometida. El nombre en clave para la definitiva operación de desembarco aliada finalmente quedó como “Operación Jubilee”.
En la tarde del martes 18 de agosto de 1942 los atacantes abordaron sus barcos en los cinco puertos y a las 7 p.m. cada uno estaba en su lugar. Se distribuyeron mapas y fotografías a los hombres, y antes del anochecer la flotilla, de 237 unidades, estaba en camino. sin sospechar que dicho rumbo se cruzaba con un convoy alemán que también tenía como destino Dieppe. El convoy germano fue detectado por las estaciones de radar costeras británicas y en dos ocasiones, la primera en torno a la 01.30 y la segunda a las 02.30 horas, se comunicó al comandante de los barcos de la “Operación Jubilee” la presencia de ese grupo de barcos sin identificar. A pesar de ello el comandante no ordenó variar el rumbo o llevar a cabo acción alguna al respecto.
La sorpresa sería la mejor arma de los atacantes contra los alemanes. A las 3:47 am. del 19 de agosto una pequeña patrulla costera alemana, que constaba de ocho pequeñas embarcaciones se topó contra el flanco occidental de la flotilla. En un combate corto una embarcación alemana fue hundida y el resto se dispersó. Hubo algunos daños en los barcos de escolta, pero el daño real fue la dispersión de los barcos que contenían al Comando N° 3 con destino a Berneval. La lucha fue tan rápida, que, con el silencio total de las comunicaciones, algunos pensaron que los destellos y el ruido eran el resultado de disparos de cañones alemanes desde la costa. A 20 km de la costa francesa bajaron los infantes a las lanchas de desembarco y emprendieron el rumbo a las playas.

Los hombres del Comando No. 3 regresan a Newhaven después del ataque a Dieppe, en agosto de 1942

Llegado el momento clave de la operación, el desembarco masivo frente a Dieppe, se fueron encadenando una serie de pequeños errores que, unidos, acabaron provocando una situación complicada para el Ejército Aliado. A última hora se había sustituido el bombardeo aéreo de cobertura por el uso de pantallas de humo que permitieran llevar a cabo el desembarco de una forma más segura; pero el viento, que soplaba desde el sur, limpió el humo de las playas en las que iba a entrar en acción el grueso de las tropas. Este hecho, unido a que la sorpresa se había perdido y los alemanes habían reaccionado rápidamente, concluyó en una dura resistencia por parte de los defensores una vez que los barcos aliados comenzaron a enviar las lanchas de desembarco contra la costa.
Por si esto fuera poco, hubo más. Según el plan, junto a las primeras tropas de infantería tenían que desembarcar nueve carros de combate, importantes para permitir el avance tierra adentro, pero por un fallo en la navegación, los tanques no llegaron en el momento planeado, sino que aparecieron tarde, dejando solas a las tropas de infantería. Los informes de inteligencia que se habían usado para preparar el ataque habían pasado por alto varias posiciones de ametralladoras situadas en la parte superior de los acantilados que cerraban la playa del desembarco por los lados. Dichos informes también habían infravalorado a las tropas alemanas que protegían el puerto. Curiosamente, antes del desembarco se había conseguido actualizar mucho la información sobre las defensas, gracias a la decodificación de mensajes en Bletchley Park, lo que podría haber ayudado a preparar mejor la operación. Por desgracia, la información se quedó en algún punto de la cadena de información del ejército aliado y nunca llegó a los responsables de preparar y planificar el asalto a Dieppe.
Las defensas alemanas, en fin, aguantaron mejor de lo esperado el bombardeo de los barcos aliados estacionados junto a la costa y los ataques con fuego de ametralladora llevados a cabo por cinco escuadrones de aviones Hurricane. Estos ataques deberían haber mantenido a salvo a las tropas en sus lanchas de desembarco y en sus primeros avances por la playa, pero al no tener la eficacia esperada, las primeras oleadas de soldados que llegaron a tierra fueron masacradas. Las ametralladoras alemanas barrían la arena una y otra vez y el fuego de cobertura naval aliado no detenía el trabajo de los defensores. Las siguientes oleadas se vieron envueltas en la misma desastrosa situación y fueron muy pocos los grupos de soldados que consiguieron cruzar la arena y salir de la playa hacia la localidad. Los tanques que consiguieron atravesar la playa, poco más de una docena, no llegaron más allá del final de las dunas.
A las 09.40 horas se emitió por fin la orden de retirada, reconociendo de facto el fracaso total de la operación Jubilee, el asalto a Dieppe. Pero para los aliados que habían llegado a tierra aún quedaba un camino largo por recorrer: tenían que deshacer lo andado hasta la orilla y volver a los barcos usando las lanchas de desembarco. En resumen, debían volver a cruzar la playa, ahora en sentido contrario, pero bajo el fuego de las mismas posiciones alemanas, que seguían ametrallando la arena sin muchos problemas. El número de bajas entre los aliados, sobre todo canadienses, siguió creciendo y creciendo.
A pesar de todo el esfuerzo, sólo un pequeño número de hombres fueron rescatados de las playas de Dieppe. La flotilla aliada que transportaba a los sobrevivientes regresó a Inglaterra sin percance. Había comenzado la operación con 4.963 canadienses y regresó con solo 2.210, de los cuales 1.000 ni siquiera habían desembarcado. De los hombres que desembarcaron, 1.874 fueron hechos prisioneros y 907 fueron muertos. Los rangers británicos perdieron cerca de 250 hombres. Los restos de 27 tanques, lanchas de desembarco humeantes y docenas de otros vehículos yacían dispersos. Para los alemanes había sido una enorme y fácil victoria. A un costo de menos de 400 bajas, entre muertos y heridos; y varios miles de proyectiles habían aplastado una armada y una fuerza de ataque de casi 6.000 hombres. El responsable último sobre el terreno, el general canadiense John Hamilton Roberts, fue acusado de fallar en la coordinación del ataque y eso acabó con su carrera militar. Nunca más volvió a dirigir tropas en el campo de batalla.



FUENTES:
https://www.facebook.com/photo/?fbid=440278438123337&set=pb.100064235526662.-2207520000..

Historia de la Segunda Guerra Mundial

Fuentes:
“Operaciones Especiales de la Segunda Guerra Mundial” de Manuel Prieto (2016)
“The Suicide Raid – The Canadians at Dieppe, August 19th, 1942” de N. M. Christie (2000)
“Tragedy at Dieppe – Operation Jubilee, August 19, 1942” de Mark Zuehlke (2012) 


 



























Pedro Pablo Romero Soriano PS

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