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 Un soldado alemán con una ametralladora MG34 al hombro, se toma un descanso entre los ríos Don y Volga, Septiembre-Octubre de 1942. Fotógrafo: Scherl - (FGF Colourised)

Franz S. llega a Stalingrado. A mediados de Septiembre de 1942, el destino de esta ciudad junto al Volga aún es incierto. Su ubicación es estratégica: garantiza los suministros al Ejército Rojo y la conexión entre el norte y el sur de Rusia. Además, Hitler convierte este emplazamiento en el escenario de una batalla ideológica y simbólica: está enviando a sus tropas a combatir en la ciudad de Stalin. 
Franz S. cayó en Stalingrado unas semanas después de escribir esta carta a su familia.
Ante Stalingrado, 15 de septiembre de 1942 
Queridos todos:
Les envío un afectuoso saludo desde el frente. Acá ya es otoño: un viento frío sopla a través de la estepa. Ha llegado de repente. Cae una fina lluvia y, en los agujeros cavados en la tierra, nos congelamos. Nos levantamos al amanecer porque no hay forma de dormir. Llevo casi todo el día sentado en el vehículo porque hace muchísimo viento. Tal vez la temperatura sea hoy algo más tibia, pero hemos pasado tanto frío que supongo que el invierno está a punto de llegar. Soportar un segundo invierno en la estepa no estaba entre mis objetivos, la verdad. Ya veremos qué nos depara el futuro. Por encima de nuestras cabezas está pasando una oleada de Stuka en dirección a Stalingrado. No creo que tardemos mucho en tomar la ciudad. Ya estamos posicionados en los barrios de la periferia Oeste y Sur. El Volga, con una anchura de seis kilómetros, discurre ante nosotros. ¡Quién habría pensado que llegaríamos a la orilla del río sagrado de los rusos […]! Como les he explicado, no tengo esperanzas de que me concedan un permiso. Al menos, no este año. Ya hemos establecido nuestras posiciones y, además, hay unos sesenta soldados que también quieren irse. Creo que todavía tengo a unos cuarenta compañeros por delante de mí en la lista de solicitantes de permiso […]. El servicio de correos es muy lento. Evidentemente, estamos a cientos de kilómetros del país. Nuestra última carta, del 29 de agosto, ha llegado con el Luftpost. Probablemente el avión de correos volverá en unos días. Hace ya tiempo que he aprendido a esperar. Por lo demás, no hay novedades. ¿Cómo están? Mamá estará a punto de quedarse sin conservas. Pronto se recolectarán las judías y todo lo demás. ¿Qué tal han salido las manzanas este año? ¿Ha habido una buena cosecha? Aquí no se ve un arbusto en cientos de leguas a la redonda. Sí, estamos en el lejano desierto del Este. Por ahora, esto es todo. Un afectuoso saludo para los familiares y los conocidos…

FUENTES:
https://www.facebook.com/photo/?fbid=196047816141994&set=gm.5454761841307815&idorvanity=4051594701624543

Facundo Colourised

Créditos: Texto sacados del libro "Cartas de la WEHRMACHT" de Marie Moutier.

 






















Pedro Pablo Romero Soriano PS

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