Guerra y muerte en el desierto

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En la imagen; Tripulación de un panzer III alemán del Afrika Korps, la marca de la torreta muestra que han conseguido derribar un avión de la RAF el 16 de mayo de 1941

La imagen que tenían los soldados alemanes sobre el desierto era sumamente romántica: “Encantadores oasis con palmeras, naranjos, fuentes cristalinas por las que corría agua fresca, ciudades orientales con sus tabernas y bailarinas del vientre, y el vaivén de las caravanas de camellos de los beduinos” alimentaban el recuerdo de Otto Henning. Percepción compartida por los estados mayores por la falta de experiencia y de conocimiento: cuando la 3.ª División Panzer recibió la orden de prepararse para acudir al norte de África en septiembre de 1940, la única fuente de información sobre su clima tropical y su entorno provenía de los informes de la Legión Cóndor. La primera impresión no solo quedó lejos de la realidad, sino que además fue demoledora.
(Extracto del libro de Pier Paolo Battistelli. La vida diaria del Afrika Korps).

Oficial de la 21ª Panzer División en el Norte de África 1942/1943

A pesar de las sonrisas de los soldados la guerra en el desierto fue de las mas duras de todos los teatros de la Segunda Guerra Mundial.
«El sueño de un táctico, la pesadilla de un intendente» quizás sea la frase más famosa que define la guerra del desierto entre 1940 y 1943, aunque también la más tópica, que parece sugerir que las operaciones en el norte de África se reducían a una mera problemática militar.
Por contra, con su sola presencia en los desiertos de Libia y Egipto los dos ejércitos rivales representaron una revolución en la guerra. Distintos ejércitos habían cruzado desiertos a lo largo de la historia (con resultados bien distintos) pero nunca antes habían sido capaces de vivir, trabajar y combatir en él durante periodos prolongados de tiempo.

La guerra sin odio también mata. En el frente norteafricano de la II Guerra Mundial se acuñó la expresión “guerra sin odio” (Krieg ohne Hass, en alemán) para distinguir la lucha pretendidamente civilizada que se libró allí de la despiadada guerra de aniquilación que se hacía en el Este. Es cierto que hubo algunos insólitos rasgos de caballerosidad y fair play (Von Luck y los Royal Dragoons no se atacaban a la hora del té) y que al Afrika Korps no se le imputaron crímenes de guerra. Pero probablemente todo ello tuvo que ver con que no era un teatro de operaciones prioritario para los alemanes, no actuaron en él unidades de las SS (aunque la Wehrmacht también sabía cometer crímenes) y la guerra se libró esencialmente en terrenos vacíos, libres de la presencia de población civil. En todo caso, no hay que olvidar que por muy buena fama que se le haya querido dar a las tropas de Rommel (un hombre con muchas fisuras) y su respeto en general a las convenciones de Ginebra, el Afrika Korps era una parte del instrumento de Hitler para la brutal dominación del mundo y sus miembros luchaban por una causa deshonesta como no ha habido otra. En eso, como en su cementerio, también hemos de identificarnos más con Tommy y las ratas del desierto (aunque Monty llegó a sugerir que no se hiciera prisioneros que no estuvieran heridos). Añadamos que la guerra en el Norte de África no dejó de ser una cosa espantosa, de cuerpos despanzurrados y carbonizados, de mutilaciones horribles, de bayonetazos, de sufrimiento, miedo y agonía. Hay que ver lo que te puede hacer un cañón del 88 aunque lo dispare un tipo legal. En una guerra sin odio también te matan.

Los condicionantes con que se encontraron los Ejércitos británico y del Eje en los desiertos de Libia y Egipto no tenían, en sentido literal, precedentes.
La guerra en los desiertos del norte de África estuvo dominada principalmente por la guerra de blindados.
Las grandes extensiones abiertas y áridas hacían que la infantería convencional fuera impracticable y, por lo tanto, el uso de blindados y medios antiblindaje se convirtió en algo vital.
Las duras condiciones del desierto pasaron factura tanto a los hombres como a las máquinas. Los tanques eran susceptibles de desgastar el motor a causa de los gránulos de polvo que entraban constantemente en el motor y rozaban constantemente las partes internas. El polvo y la arena se filtraban a través de pequeñas grietas en el casco de los tanques. La tripulación soportaba temperaturas increíblemente altas, a veces muy por encima de los 100 grados Fahrenheit, día tras día.
A pesar de estos desafíos, los tanques fueron una parte crucial tanto del Deutsches Afrika Korps como de las operaciones aliadas en el desierto entre 1941 y 1943.
En batallas como las de El Alamein, Gazala, Tobruk, el paso de Kasserine, etc., los tanques estuvieron al frente de las decisiones tácticas y, en muchos casos, incluso cambiaron las tornas. La infantería se considera a menudo la "reina de la batalla", pero en el desierto abierto, el vehículo de combate blindado es el rey.
Es imposible no sentir un escalofrío, al leer sobre el Totenburg de El Alamein incluso bajo el sol de hierro del Norte de África, ante el cementerio alemán de El Alamein, que guarda los restos de 4.200 soldados alemanes caídos en esa gran batalla, el principio del fin del célebre Afrika Korps de Rommel, el zorro del desierto.
Un verdadero castillo de los muertos. Sus muros engastados de torreones emanan, más que una atmósfera de paz y luto, una sensación paradójicamente belicosa de poder y desafío.
El Totenburg de El Alamein, el último de su clase, empezó a construirse en 1956 y se inauguró en 1959.
Sorprende el estilo, cuya aura de opresivo luto y solemne tristeza no disimula un tufillo a culto a la muerte heroica y glorificación del colectivo frente al individuo. Resulta extraño que tras la derrota del III Reich la Alemania de la desnazificación y el arrepentimiento pudiera producir semejante monumento de arquitectura militar y de manos de un simpatizante de los nacionalsocialistas.

Un oficial alemán del Afrika Korps montado en camello con un guía local en el Norte de África. Fecha desconocida

Oficialmente el 13 de Mayo de 1943 los últimos restos del Afrika Korps se rindieron en el Cabo Bon y otras zonas aisladas de Túnez tras la capitulación firmada por el general alemán Hans-Jürgen von Arnim y el mariscal italiano Giovanni Messe. Aproximadamente se rindieron un total de 275.000 prisioneros entre 175.000 italianos y 100.000 alemanes, lo que constituyó la disolución del Afrika Korps para siempre.
El Afrika Korps estuvo operativo sobre el Norte de África desde el 11 de Enero de 1941 al 13 de Mayo de 1943. Durante estos más dos de años, lo que tenía que haber sido una fuerza expedicionaria destinada a proteger la región de Tripolitania, se extendió sobre una inmensa área geográfica que incluyó toda Libia, Túnez y Egipto, lo que obligó a los Aliados Occidentales a concentrarse sobre el continente africano largo tiempo y por tanto descuidar el mucho más importante teatro de operaciones en Europa. Con este historial y de manera incuestionable, el Afrika Korps del mariscal Erwin Rommel se convirtió en una de las formaciones del Eje que más problemas estratégicos causó a sus oponentes durante la Segunda Guerra Mundial.

Fotos originales en color del personal sudafricano en el norte de África - 1942
Archivos de la revista LIFE - Bob Landry Fotógrafo




















FUENTES:
https://www.facebook.com/photo/?fbid=474608631356984&set=pb.100064235526662.-2207520000..

Historia de la Segunda Guerra Mundial

-La vida diaria del Afrika Korps por Pier Paolo Battistelli. 2014
-La palmera y la esvástica: La odisea del Afrika Korps de Carlos Canales Torres y Miguel del Rey Vicente 2012
-AfrikaKorps de Paul Carrel 2011
https://elpais.com/.../27/actualidad/1472298695_253173.html
https://www.despertaferro-ediciones.com/.../vida-diaria.../
https://de.wikipedia.org/.../Datei:El_Alamein_Deutsches...
Trabajo de investigación de Álvaro Núñez de Pazos
https://www.facebook.com/photo/?fbid=1357263391664359&set=pcb.1357263664997665
World War ll in Original Colour Pictures































Pedro Pablo Romero Soriano PS

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